Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

martes, 12 de agosto de 2014

Poseído

H
acia años había abandonado el sistema, con su nombre había dejado atrás su historia y también su futuro. A cambio, se había hecho dueño pleno de su presente. El decidía, nadie más, él vivía donde y como quería, no le debía nada a nadie, no compraba, no vendía, estaba por fuera de todo circuito del capital.
Le encantaba esa esquina, cerca de esa plaza de añosa arboleda, en la que la ciudad parecía lindar con el bosque. Allí pasaba sus días, sus noches, sin importar el clima, la naturaleza tenía con él un pacto de cuidado tácito.
En sus paseos matutinos, por las calles atestadas de gente cuyas vidas corrían tras el tener, muchos lo miraban de costado, algunos hasta se compadecían de su andrajosa apariencia, pobres locos pensaba.

Que irónico traidor es el destino, no se había dado por vencido, le tendería aun otra trampa. Cuando pasaba por ese antiguo negocio, el despachante sacaba a la calle un viejo sillón para tomar el sol, en deplorables condiciones. Inmediatamente, ni bien sus ojos se posaron en el, su deseo hizo el resto del trabajo, corrompiendo hasta la fibra más profunda de su corazón. Lo quiso, lo quiso para él, para nadie más. Corrió, y en el mismo momento que puso su mano sobre  cuero roto del respaldo, se perdió para siempre.

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