Presentación:

« Las palabras con las que nombramos lo que somos, lo que hacemos, lo que pensamos, lo que percibimos o lo que sentimos son más que simplemente palabras. Y por eso las luchas por las palabras, por el significado y por el control de las palabras, por la imposición de ciertas palabras y por el silenciamiento o la desactivación de otras, son luchas en los que se juega algo más que simplemente palabras..»

Jorge Larrosa

viernes, 14 de agosto de 2015

Made in Dios

La cantera de piedras tenia hace semanas un nuevo atractivo, para los turistas era pintoresco, para los habitantes del lugar, la presencia resultaba al menos inquietante.
Un hombre forastero, de unos cuarenta años, con buen equipo se había instalado al pie de la inmensa roca. Al principio todos creyeron que haría allí base, para luego intentar el ascenso, lo que era raro, ya  que nadie acampaba en ese lugar, aunque con estos advenedizos nunca se sabe. La hipótesis inicial caía con el transcurso de los días,  ya había pasado mas de un mes y lo único que veían hacer al orate era una especie de rutina que auspiciaba mas sospechas aun.

Se tejían sobre el particular las mas intrincadas e inverosímiles conjeturas. Lo cierto es que con los primeros rayos matutinos, se sentaba de espaldas a la luz, en un pequeño banquito de madera y una a una revisaba cuidadosamente las piedras de corte natural. El trabajo se suspendía solo para tomar el almuerzo, y no paraba hasta que la luz se iba.
Nadie se animaba a hacer lo mas apropiado y sencillo, preguntarle en forma clara y concisa ¿Qué estaba buscando?, hasta que una niñita que venia acompañada por sus padres, con gran inocencia se acerco al misterioso hombre, lo miro directo a los ojos y le pregunto: -¿Qué haces?.
Todas las personas del entorno guardaron silencio y se mantuvieron expectantes a la respuesta.

Le devolvió la mirada y se perdió en la pureza de esos grandes ojos marrones, se arrodillo para acercársele, se quito el sombrero y le mostro una etiqueta. –Ves, le dijo. –Esto ha sido hecho en mi país, y por eso lleva esta marca. Podía leerse “Made in USA”. –No entiendo, ¿Qué tiene que ver tu gorro con las piedras?
El extranjero sonrió y le dijo: - Pues eso mismo, mi niña, si quien hizo esta simple prenda puso su marca en ella, no seria nada ridículo pensar, que quien hizo estas inmensidades también las haya firmado…
Rieron juntos, y ante un publico que no salía de su asombro, se dieron a proseguir la búsqueda.

sábado, 1 de agosto de 2015

La luz mala

Se dice que hace muchos años, en un pueblo del interior del país, que pasaría inadvertido si no tendría como rasgo distintivo, ser la capital nacional de la pelota de cuero, se sucedieron los hechos que hoy en día se mantienen ocultos bajo las llaves oficiales mas seguras, que impiden al publico general conocer la verdad.
Nosotros hemos tenido la fortuna de acceder a los relatos de primera mano que compartimos en esta crónica, con el único objeto de informar a la población.
Bellville, ciudad y municipio cabecera del departamento Unión, en el sudeste de la provincia Argentina de Córdoba, con sus 35000 habitantes, tiene la estructura de otros tantos pueblos del interior, plaza central, rodeada por la iglesia, la comisaria, el correo, la vieja almacén.
Del otro lado de las vías, como corresponde, la estación de servicios, sobre la ruta Nacional 9, en el cruce con la ruta provincial 3, oficiaba de faro en la intensa oscuridad de esas cálidas noches, propias de una época veraniega que toca su fin.
Minutos pasada la medianoche, el silencio se deslizo por cada rincón de aquel lugar, parecía arrastrarse como niebla desde la cinta asfáltica, apoderándose de todo a su paso.
La oscuridad, se había profundizado a tal punto que las luces de las estrellas, de pequeños puntos de luz habían tornado en soles lejanos refulgentes.
El despachante quedo paralizado con el trapeador en la mano mirando una luz naranja que se acercaba desde el cenit, y se hacia cada vez mas concentrada, opacando a todas los focos linderos.
Cuando pudo fijar la mirada obteniendo la correcta obturación de la cornea, pudo observo la forma ovalada de aquel objeto volador. Giraba  a gran velocidad con eje en el chorro resplandeciente.
Los estertores del joven lo sacaban de una posición casi catatónica, su corazón estaba apunto de parar, cuando de  pronto una voz de eco profundo, se oyó desde el interior del aparato: -Teney GNC???